Sí, por fín. Por fín llegó el día, nuestro día. Teníamos ya ganas (algunas) de poder quedar las siete. Este viernes en casa de Cinti estuvimos haciendo el tonto, que es como mejor se lo pasa una. O yo, por lo menos. Jugamos a la wii un ratillo, a un juego de bailar. Cachondísimo. Luego intentamos mitar el vídeo de oooh you touch my tralalá... Echamos un buen rato. Y lo más sorprendente es que ¡Sobrevivimos sin palmera! Qué harta estoy de ese sitio (y sus alrededores).Un núcleo que para quedar allí no está mal, pero no para quedarse apalancado por dios... Ese no es el tema, otro día hablaré más detenidamente de ello.
El caso es que nos lo pasamos bien, echamos un rato agradable, reímos, disfrutamos... Éramos las siete.
Yo esto me lo tomo muy en serio, porque más o menos ése fue el núcleo del grupo. A raíz de ese número, el grupo se fue agrandando, agrandando... Y no está mal, la verdad. Cuando quedamos todos lo pasamos muy bien. Todos somos diferentes pero cada persona aportamos algo distinto. Eso es bueno.
Pues esta entrada va por vosotras, chicas. Que no tenéis ni la más remota idea de cuánto os quiero. Estos últimos años han sido lo que son en mayor parte gracias a vosotras. Cuántos días de fotos, en nuestra plazo, en el campo de fútbol, en el centro, en las palomas, en el puerto, en el Aqualón, en la bolera, en nuestras casas, en los cumpleaños, en EL cumpleaños, en el Kebap/Camilo/Telepizza/Padrino/Freiduría u otro tipo de bar, Saladillo... Así hasta acabarnos aburriendo. Con esto quiero deciros que por muchos problemillas, de los cuales dentro de unos años nos reiremos que tengamos, lo más fácil es pasar de todo. Pues no, joder. Somos un equipo. Hay que estar para lo bueno y para lo malo. Sois de las cosas mejores que me ha pasado, y ¿por una cosa insignificante lo vamos a mandar todo a la mierda? No.
Muchísimas gracias por todos los momentos que hemos pasado y por los que pasaremos. Ojalá y esto dure mucho mucho. Solo hay que poner un poquitín de nuestra parte.
Ahora os dejo con nuestra canción :) Lo sois todo, niñas.
Y ahora tengo mucho más.
Rojo, negro, par o impar,
por fin la suerte trae un as
Y un cristal para mirar
y una pared para colgar
Siete caras sonriendo
en una foto de carné
Mis cuentos no hablaban de historias
hechas de casualidad.
Nadie me dijo que el destino
daba esta oportunidad.
Uno más uno son siete
¿Quién me lo iba a decir
que era tan fácil,
ser feliz?
¿Cuántos años llevo aquí?
¿Cuántos me pueden quedar?
¿Cuál es el precio exacto
de la felicidad?
¿Quién se acordará de mí?
¿Quién te volverá a mirar?
¿Quién impulsa las manijas
de la casualidad?
Uno más uno son siete
¿Quién me lo iba a decir
que era tan fácil,
ser feliz?
¡Quedan surmis para rato!